viernes, 15 de junio de 2007


Ahora toda vez que lo deseo, subo a la misma cumbre y desde el mismisimo exacto lugar, me vuelvo a lanzar, con las mismas ansias de muerte que la primera vez, para terminar una vez más sumido en este mar profundo de las conjeturas humanas y le recorro interminable, bajo y subo, recorro lo conocido y también lo desconocido, de pronto me siento a descansar por un rato sobre la copa de algún árbol o juego entre los cables del tendido eléctrico y recorro maravillado la cambiante arquitectura de las nubes. Pero no todo es tan bello como se quisiera.
Una noche choque con la realidad, había decidido recorrer mis lugares más queridos para observarles desde nuevas perspectivas y así, que disfrutaba y me emocionaba en el recorrido, que me topé en la caleta de unos amigos con un alboroto extraño que absorvió mi curiosidad y me acerqué, estaban allí un grupo de desconocidos que golpeaban a un querido amigo, este último ya casi no reaccionaba, me abalancé velozmente en contra de uno de los más violentos queriendo impedir que le siguiera golpeando, para sorpresa mía como en forma instantanea me vi dentro de este individuo y parecía que yo golpeaba ahora a mi amigo y yo el del descontrol y la furia desmedida, quize hacer algo por detener la violenta descarga de golpes pero no conseguía influir en absoluto sobre el individuo, intenté salir y lo logré de forma casi automática, me interné en el cuerpo de mi amigo para ayudarle, para que reaccionara y escapara de tal agresión, no lo lograba estaba demasiado dañado, en ese instante comenzaron a regarle una especie de combustible y le encendieron fuego, mi amigo no reaccionaba, debí escapar de su cuerpo apenas para salvarme y ver como los tipos con la alegría del trabajo conseguido se alejaban del lugar dejándole devorado por las llamas, me preguntaba el por qué, qué había hecho él para recibir tal reacción, qué ser humano merece tal castigo, ni siquiera ellos en su demencial actuar merecerían esto.
Se van, se alejan del lugar envueltos en sus siluetas demoníacas, dormirán tranquilos tal vez, acudirán a trabajar o quizás a estudiar, para ser mejores hombres, más humanos, acariciarán a sus hijos, a sus padres, a sus amadas, comerán un pan con las mismas manos, con la misma piel, con los mismos ojos con que quitaron la vida y vieron... morir a un hermano.

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